Me gustaría comenzar esta entrada del blog, hablando del proceso biomecánico que se produce durante el parto. Para ello, ha sido necesario una reevaluación de los conceptos primarios y básicos sobre los que se asientan todos mis conocimientos sobre el proceso del parto. Además, necesitaba entender de dónde proceden los conceptos, quién los desarrolló y el contexto social en el que se promulgaron. Muchos de estos conceptos siguen vigentes hoy en día y son la base de nuestra formación como matronas, a pesar de que la evidencia científica actual no apoya la mayoría de ellos. Estos conceptos son las bases sobre las que aplicamos el método científico para adquirir más conocimiento y entendimiento sobre cómo funciona nuestro cuerpo.
Para empezar, me parece importante destacar que, en el siglo XVI, filósofos como René Descartes fundaron las bases de los enfoques modernos del pensamiento y el conocimiento científico, creando una filosofía mecánica del cuerpo humano. El universo se concebía como una enorme máquina gobernada por leyes que podían entenderse a través de la razón y, por lo tanto, el cuerpo humano se consideraba una máquina y el nacimiento se describía como un proceso “mecánico”. Así nació la obstetricia moderna, en la que se priorizó la investigación frente a la medicina escolástica.
Algunos profesionales se ganaron el respeto de la sociedad al modernizar la partería con conocimientos teóricos y desarrollos técnicos, dejando constancia en la literatura, que por otro lado era de ámbito predominantemente masculino en una sociedad paternalista. Los documentos científicos y la literatura disponible se basan en declaraciones de profesionales, con mayor o menor prestigio, sobre su experiencia y práctica. Éstos eran en su mayoría hombres blancos, ricos y con autoridad para interpretar el conocimiento fisiológico y registrarlo. Los médicos eran apoyados por la iglesia y el estado, lo que les permitía ser los únicos que poseían la verdad.
Ya en el siglo XVIII se empezó a utilizar en España el término de “matrona” para denominar a las mujeres instruidas y/o legalmente reconocidas frente a las no cualificadas. La profesión de comadrona se instauró como competencia de la medicina científica y el reconocimiento de las matronas en Europa vendría otorgado por médicos o cirujanos.
Cuando se introdujo la enseñanza formal de la partería, ésta se basó en la comprensión mecanicista del proceso, y condujo a una mayor supresión del conocimiento tradicional de la partería. La comunidad médica rechazaba la sabiduría antigua al considerarla subjetiva, favoreciendo la ciencia y la racionalidad porque creían que la naturaleza podía entenderse mejor desde un análisis intelectual. Estas consideraciones alejaron y desconectaron el entendimiento del proceso del parto de manera holística, centrándose exclusivamente en los aspectos fisiológicos o, más bien, patológicos.
Hoy en día, hemos heredado las consecuencias de esta medicalización, seguimos entendiendo el parto como un proceso mecánico, en el que si “falla” algún elemento es por un mal funcionamiento del cuerpo de la mujer o de la posición del bebé. Entender de dónde venimos profesionalmente, me ayuda a entender y comprender de qué manera puedo mejorar.