“Cuando la gestante/familia siente confianza, se siente escuchada y se siente protagonista del proceso, la comunicación con el equipo de parto fluye”.
Uno de los aspectos que influyen en el movimiento, el instinto y el empoderamiento durante el parto, es una comunicación efectiva con la familia. La familia necesita sentirse acogida por el equipo de partos, un entorno en el que perciban que son los protagonistas del proceso. Necesitamos indagar sobre sus necesidades, los aspectos que son importantes para ellos, sus preferencias, sus inquietudes, sus preocupaciones…no sólo sobre los signos y síntomas del parto. Para ello, es indispensable favorecer la conversación. La escucha activa es un elemento crucial para favorecer el diálogo. Habitualmente interrogamos, queremos saber aspectos concretos del embarazo y el motivo de la consulta, interrumpimos su diálogo, realizamos una anamnesis con urgencia, interrogamos sobre aspectos fisiológicos concretos, pasando por alto, aspectos emocionales y psicológicos. Periódicamente reflexiono sobre las conversaciones que mantengo con las familias, el tipo de preguntas que realizo, la manera en la que pregunto, las veces que interrumpo a las mujeres cuando intentan contarme lo que les ocurre, el entorno en el que mantengo estas conversaciones e intento empatizar.
Mediante la escucha activa, el cuidado centrado en el paciente, implica dejar hablar, sin interrumpir, permitiendo la expresión de síntomas, sus preocupaciones y sus expectativas. La escucha activa nos permite, además, la observación de la comunicación no verbal. La percepción de ser escuchado depende más de la calidad de la escucha que de la duración de la misma. Indagar sobre qué, dónde, de qué manera, con qué intensidad sienten los síntomas es importante, pero también lo es saber qué significa para ellos los síntomas.
Sentirnos escuchados es importantísimo durante el proceso del parto, el clima, el entorno, la confianza y la comunicación son aspectos que condicionan la propiocepción, el movimiento y la libertad durante el parto. Si somos capaces de acoger a las familias en un entorno en el que se sientan cómodas para conversar y con confianza para preguntar, aportaremos un granito más para favorecer el flujo de hormonas que necesita la fisiología de nuestro cuerpo para el proceso de parto.
Si somos capaces de crear este entorno, en el que las familias se sienten libres y respetadas, también favoreceremos el movimiento libre e instintivo tan necesario durante el proceso del nacimiento.
Cada movimiento cuenta!