¿Aplicamos los mismos protocolos para los todas las posiciones fetales?
Para poder entender los conceptos sobre los que se fundamentan los conocimientos básicos de nuestra profesión, necesité volver a analizarlos desde otra perspectiva, teniendo en cuenta ciertos aspectos primordiales que forman parte indisoluble del proceso. El parto es un proceso fisiológico, instintivo y único, en el que intervienen multitud de factores que condicionan el proceso. Uno de los aspectos más importantes es que el proceso del parto incorpora de manera instintiva el movimiento espontáneo de la gestante para facilitar el progreso.
Por ello, al referirnos al término “mecanismo de parto”, en la literatura se define como un proceso mecánico, un conjunto de movimientos secuenciados que realiza pasivamente un feto para atravesar el canal del parto, bajo un impulso motor, para salir al exterior.
Generalmente se entiende por mecanismo del parto “los movimientos, adaptaciones y cambios de posición y actitud, que debe realizar el feto u objeto del parto para atravesar el canal del parto”. El mecanismo ocurre mediante diferentes fases secuenciadas:
- Flexión y acomodación de la cabeza al estrecho superior: se produce un aumento de la flexión de la cabeza fetal, pasando a ofrecer el diámetro suboccípito-bregmático en vez del occípito-frontal, al diámetro transverso del estrecho superior.
- Descenso y encajamiento de la cabeza: descenso sinclítico de ambos parietales a través del estrecho superior, coincidiendo la sutura sagital con el diámetro transverso del estrecho superior.
- Rotación interna de la cabeza: la cabeza realiza una rotación interna, colocando la sutura sagital de forma que coincida con el diámetro antero-posterior del estrecho inferior, mientras que el biparietal se ofrece al transverso.
- Desprendimiento de la cabeza: el desprendimiento se realiza en posición occípito-anterior en el IV plano de Hodge, manteniendo la flexión de la posición fetal hasta el desprendimiento.
- Rotación externa de la cabeza e interna de los hombros: los hombros sufren una rotación interna para acomodar su diámetro biacromial al diámetro anteroposterior del estrecho inferior, a su vez, la cabeza realiza una rotación de 90º, colocándose en situación transversa.
- Desprendimiento de los hombros y del resto del feto: bajo la sínfisis pubiana se desprende el hombro anterior hasta el deltoides, y mediante flexión lateral a nivel de la cintura se desprende el resto del cuerpo fetal.
Cuando analizamos en detalle este concepto, partimos de su definición. Un mecanismo es un conjunto de las partes de una máquina en su disposición adecuada. El proceso de parto no es único, ni ocurre de una única manera. El proceso del parto no es secuenciado, estandarizado ni mecánico. Cada parto es individual y se desarrolla dependiendo de los factores que condicionan este proceso, por lo que un parto no se ajusta a un patrón predeterminado.
Esta definición se basa exclusivamente en la posición y movimientos que realiza el feto, asumiendo que la posición idónea para el parto es en cefálica y en occípito anterior. Implica también que el canal de parto es único, y corresponde a una pelvis ginecoide, con una forma específica y predeterminada. Las características y formas de la pelvis, están determinadas por la influencia hormonal que reciban a lo largo de los años. Su forma se modifica a los largo de la etapa reproductiva de manera constante. Por lo que no sólo necesitamos ser capaces de palpar y saber en qué posición está el bebe, sino que cuando las circunstancias lo requieran, debemos poder evaluar la pelvis y saber cómo es anatómicamente.
El mecanismo y los movimientos del bebé, dependen de factores mecánicos, pero también de factores físicos como la elasticidad, la plasticidad y la contractilidad de los distintos tejidos, no solo del canal del parto, sino también los inherentes a la propia actividad del feto y, por tanto, a la musculatura y sistemas articulares fetales.
La manera en la que se produce el progreso del parto, no depende exclusivamente del objeto del parto o feto, sino de multitud de factores que condicionan la evolución del proceso, como por ejemplo el movimiento de la gestante. La valoración del progreso del parto consiste, fundamentalmente, en verificar si el ritmo de dilatación y de descenso fetal, ocurren a un ritmo preestablecido como “normal” para todas las mujeres. El progreso del parto no se puede predecir, no ocurre de manera secuenciada y tras 20 años de experiencia, sigo aprendiendo cada día con cada nacimiento.
Por lo tanto, para poder valorar la evolución de un parto, no debemos aplicar los estándares o protocolos que aplicamos a la evolución del mecanismo del parto, ya que los que están establecidos, lo son exclusivamente para la evolución de un parto de un feto en occípito anterior y una pelvis de características ginecoides. La valoración debe ser más ámplia y los protocolos más flexibles, para tener en cuenta todas las variables que intervienen en la progresión del parto. ¿Ocurre en vuestro entrono laboral?