Me encantaría dejar de leer: “La pelvis es una estructura con forma de vasija, que es atravesada por el feto durante el mecanismo de parto”. Todo sería diferente si lo primero que aprendiéramos de la pelvis, es que es: “ VERSÁTIL Y DINÁMICA”
¡Cuánto me gustaría que se modificaran los libros de anatomía y dejáramos de ver la pelvis en un estado bidimensional con una estructura predefinida y en una postura estática!,
¡Cómo me hubiera gustado saber hace muchos años de la versatilidad de la pelvis, su capacidad, para cambiar su propia morfología y su dinamismo! Si lo primero que aprendiéramos al conocer nuestra pelvis fuera sobre su potencial y su capacidad, nuestra manera de pensar y entender el proceso de nacimiento sería diferente.
Mi entendimiento dista muchísimo del concepto mecanicista del parto que relatan los libros de anatomía. Estas definiciones no están basadas en evidencia actualizada. Los libros deben cambiar para integrar los avances científicos, deben de dejar de ser definiciones y formar parte de una educación universitaria formal y regada. Estas definiciones no integran los conceptos de variabilidad anatómica, la individualidad, ni integran todos los aspectos que forman parte de un proceso holístico.
Por el camino he desaprendido y aprendido a ver la pelvis desde muchas perspectivas, valorar su capacidad para facilitar posturas maternas y para favorecer el paso del bebé.
Me encantaría dejar de leer y oír que la pelvis es una estructura fija con forma de vasija, que es atravesada por el feto durante el mecanismo de parto. Cada una de estas palabras, ahora tienen un significado muy diferente para mí, y es necesario un cambio, que parte de los conceptos más primarios sobre la maternidad, para poder cambiar nuestra manera de nacer y poder crear experiencias enriquecedoras.